Como terapeuta y educador comprometido con la afirmación de la neurodivergencia, celebro el Mes de la Conciencia del Autismo. Aprovecho cada oportunidad para compartir mis estrategias, herramientas y adaptaciones favoritas. Estas ayudan a eliminar barreras para las personas neurodivergentes. Por eso, me emocionó mucho cuando Time Timer me pidió ser escritor invitado para su blog este mes. Al explorar temas para el Mes de la Conciencia del Autismo, el tema de las transiciones surgió rápidamente.
Como terapeuta y consultor educativo, en la mayoría de los casos en que observo a un estudiante con dificultades o un padre busca orientación, el tema de las transiciones aparece. Cambiar de una actividad a otra, sobre todo de una actividad preferida (por ejemplo, ver la pantalla) a una no preferida (como vestirse para ir a la escuela), puede ser un reto para cualquier niño. Sin embargo, los niños con autismo pueden encontrarlo aún más difícil. Muchos tienen dificultades con el funcionamiento ejecutivo, como la gestión del tiempo. Algunos también tienen un diagnóstico dual de TDAH. Por eso, contar con herramientas que ayuden en las transiciones tanto en la escuela como en casa es esencial.
Aquí comparto algunas de mis formas favoritas de usar los temporizadores visuales Time Timer para facilitar las transiciones en niños y adolescentes autistas.
Locura Matutina:
La ceguera del tiempo es común en personas con Autismo o AuDHD (Autismo y TDAH). Las personas con Autismo suelen tener intereses especiales muy intensos. Aunque ser apasionado por un pasatiempo o actividad es positivo, también puede dificultar las transiciones, sobre todo si la siguiente tarea es menos emocionante para el niño. Como sabemos, entrar en una lucha de poder para apurar a tu hijo a salir de casa no es divertido para nadie.
A menudo les digo a los padres que reemplacen los recordatorios verbales con un temporizador visual Time Timer. Deja que tu hijo se enfade con el temporizador, no contigo, cuando sea hora de hacer la tarea. ¡Si tienes un adolescente con autismo, dejar que el temporizador haga el recordatorio puede proteger tu relación y hacer que las transiciones sean más fáciles!
A medida que los niños crecen, queremos que desarrollen habilidades de independencia. Introducir un temporizador visual Time Timer y enseñarles cómo usarlo les ayudará a manejar sus transiciones y tareas de forma más autónoma. Esto es vital a medida que se acercan a la adolescencia y adultez.
En mi casa, uso esta herramienta con mis hijos: dos en secundaria y uno en primaria. Les muestro cómo utilizo los temporizadores visuales para gestionar mis propias tareas.
Enseñando Habilidades de Gestión de Tiempo:
Los temporizadores visuales Time Timer son excelentes herramientas en el aula para enseñar habilidades de gestión del tiempo.
Cuando era una nueva maestra, les decía a mis estudiantes verbalmente cuánto tiempo tenían para terminar una tarea. Les daba avisos cuando quedaban 15, 10 y 5 minutos. Curiosamente, o quizás no tanto, siempre que les decía que el tiempo se había acabado, muchos estudiantes gemían y discutían sobre cuánto tiempo había pasado. El tiempo es un concepto abstracto, y muchos estudiantes neurodivergentes no “sentían” el paso del tiempo. ¡Cinco minutos les parecían segundos!
Un colega perspicaz me mostró cómo usar el gran Time Timer frente al aula para “mostrarles” el tiempo en lugar de “decirles”. Fue un cambio radical.
Enseñé a mis estudiantes a revisar el temporizador visual de vez en cuando. Así podían VER rápidamente cuánto tiempo les quedaba. Con esta herramienta visual, pude ayudar a mis estudiantes de primaria a gestionar su tiempo de manera más efectiva durante el año escolar.
Hora de descanso:
Muchos estudiantes autistas no solo se benefician de los descansos, sino que los necesitan a lo largo del día escolar o durante las tareas en casa. Un breve descanso del trabajo escolar puede rejuvenecerlos y darles la energía necesaria para continuar con tareas desafiantes.
Los maestros a menudo encuentran difícil gestionar estos descansos mientras equilibran las necesidades de toda el aula. Los padres también pueden tener dificultades para facilitar estos descansos mientras cuidan a otros hijos. Es crucial evitar que el niño se “quede atascado” en el descanso y no regrese a la tarea. La transición de vuelta al “modo de trabajo” puede ser difícil si un descanso de 10 minutos se convierte en uno de 45 minutos. Por eso, recomiendo usar un Time Timer en lugar de depender del adulto para dar avisos.
Una de mis estrategias favoritas es combinar el Time Timer con la pizarra blanca que encaja en mi Time Timer MOD. Escribo una instrucción breve y clara en la pizarra blanca para decirle al niño o adolescente qué hacer cuando el temporizador se apague. Al tener la pizarra conectada al temporizador, la instrucción está siempre en su línea de visión. Así, incluso si no puedo ayudar al niño de inmediato, tienen un recordatorio visual justo allí en la pizarra blanca.
Estas son solo algunas de las muchas, muchas oportunidades que encuentro diariamente para usar los temporizadores visuales Time Timer y reducir e incluso eliminar los “problemas de transición”.
Recuerda que los temporizadores visuales también se pueden usar para COMENZAR una tarea, por ejemplo, “cuando el temporizador se apague, es hora de empezar tu tarea.
O
Los temporizadores visuales también pueden utilizarse para FINALIZAR una tarea, por ejemplo: “cuando suene el temporizador, el tiempo de juego libre ha terminado.
Cómo incorporas tu los timers en tu dia a dia?
¿Disfrutaste de estos consejos? Franki comparte más consejos sobre gestión del tiempo, funcionamiento ejecutivo y comportamiento para padres, educadores y adultos neurodivergentes en su blog en Substack.
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Acerca del Autor
Franki Bagdade es educadora, terapeuta de salud mental, defensora de la inclusión de personas con discapacidades, conferencista, autora y madre de 3 hijos. Es propietaria de FAAB Consulting & Franki Bagdade Therapy. Su primer libro, “¡Amo a mis hijos pero no siempre me gustan!”, fue publicado en 2021. A Franki le gusta reírse de sus propios chistes, escribir, leer y disfrutar de buen café con buena compañía. Vive en West Bloomfield, Michigan, con su esposo, casados hace casi 20 años, sus 3 hijos y su perro fiel y compañero, Rocky.